¿Quiénes somos?

El Colegio Americano de Quito abrió sus puertas el 14 de octubre de 1940, con 162 alumnos, ofreciendo una educación laica, basada en valores democráticos.

Sus fundadores – Galo Plaza Lasso y Boaz Long, representante del Gobierno de los Estados Unidos – iniciaron una larga relación entre los dos países, educando futuros líderes sobre principios de igualdad, participación activa, expresión libre y respeto por los demás.

 

Los fundadores vivían en una época fascista y, con una visión oportuna, determinaron la necesidad de educar a los jóvenes con profundos principios democráticos. El cumplimiento de esta visión se hace evidente en la larga lista de exalumnos destacados en política, finanzas, industrias, leyes, medicina, arte, música, educación y periodismo, entre otros.

A lo largo de su historia el Colegio Americano – su personal y alumnos – ha obtenido reconocimientos nacionales e internacionales, por logros en áreas académicas, deportivas y culturales.

Actualmente el Colegio Americano de Quito tiene 2,240 alumnos – desde Nursery hasta Sexto Curso – y cuenta entre su alumnado con hijos y nietos de las primeras familias. Es una institución mixta, privada, laica y sin fines de lucro. El Colegio está acreditado por AdvancED y el Ministerio de Educación del Ecuador. Además, tiene reconocimiento de la Organización de Bachillerato Internacional y ofrece dos programas: PEP (Educación Primaria), PAI (Programa de Años Intermedios) y el PD (Programa del Diploma). Los alumnos graduados pueden obtener tres diplomas: el de acreditación en los Estados Unidos, el título de la República del Ecuador y el título que otorga el IB.

La visión y filosofía original siguen siendo la base del Colegio y se hacen evidentes en nuestra misión:

«Educar y formar con excelencia en un entorno de libertad, responsabilidad y democracia seres humanos íntegros comprometidos con su bienestar, el de la sociedad y del medio ambiente.»

El Colegio Americano de Quito 80 años con una historia llena de personas notables y logros extraordinarios reflejados en acontecimientos nacionales con una visión optimista del futuro.